domingo, julio 20, 2025

INCONSTITUCIONALIDAD CONTRA PETROPERÚ

 Eduardo Jiménez J.

jimenezjeduardod@gmail.com

@ejj2107


Si bien desde ámbitos especializados como el financiero o económico existen desde hace buen tiempo críticas al salvataje que a través de decretos de urgencia el estado en distintos momentos ha realizado a favor de la petrolera estatal, faltaba desde el espacio jurídico-legal una acción de envergadura que amplíe el debate y que recién se ha plasmado con la presentación de la demanda de inconstitucionalidad por parte del Colegio de Abogados de Arequipa contra el D.U. 013-2024 que dispone un nuevo salvataje financiero que alivie la carga de obligaciones de Petroperú (PP) con sus acreedores, asumiéndolas directa o indirectamente el estado.

 

Es de precisar que el D.U. en mención no es el primero de los salvatajes que el estado realiza a favor de la petrolera estatal, lo cual implícitamente reconoce la demanda de inconstitucionalidad. Estos salvatajes tienen una larga data que atraviesa sucesivos gobiernos tanto de derecha como de izquierda en por lo menos los últimos diez años.

 

LA MADRE DE TODOS LOS PROBLEMAS

 

Todo comenzó con la faraónica Refinería de Talara que de una actualización o puesta al día para bajar los niveles de azufre se trasformó, en el gobierno de Ollanta Humala, a prácticamente una nueva refinería. PP sale de los parámetros que le fijaba el Fonafe y comienza a endeudarse ilimitadamente vía bonos, préstamos de un consorcio de bancos europeos, créditos de proveedores, etc., deudas que han ido subiendo en el transcurso del tiempo por los intereses. Se estima que actualmente deben llegar a unos 7,000 millones de dólares.

 

Naturalmente PP no está en condiciones de pagar esa deuda por lo que se recurrió a los salvatajes del estado vía decretos de urgencia sea como empréstitos, garantías a líneas de crédito, asunción de deudas o avales.

 

A la fecha los salvatajes no han dado resultado y periódicamente el estado debe recurrir vía D.U. a nuevas ayudas financieras a favor de la petrolera estatal. Lo último sería que el estado asuma abiertamente la deuda de Petroperú como deuda soberana, es decir que el propio estado pasaría a ser el obligado principal y se encargaría de pagarla.

 

La verdad el problema de Petroperú afecta a todos los peruanos, debido a que si el estado asume las deudas comerciales de PP, ese dinero sale de todos los contribuyentes, imposibilitando que pueda financiar servicios y obras en favor de la población en áreas tan vitales como educación, salud, infraestructura o seguridad. En otras palabras, si el estado asume como deuda soberana la deuda comercial de Petroperú no habría dinero para atender servicios esenciales o estos se verían seriamente limitados.

 

LA DEMANDA DE INCONSTITUCIONALIDAD

 

El 7 de Julio de 2025 el Colegio de Abogados de Arequipa presenta en mesa de partes del Tribunal Constitucional la demanda de inconstitucionalidad contra el D.U. 013-2024.

 

Se debe reconocer que la demanda es bastante sólida tanto en los fundamentos de hecho como de derecho. Es precisa, va directo a lo que quiere demostrar. Usa términos del análisis económico del derecho, lo cual la hace interesante para su estudio, más allá de los formales términos jurídicos, usuales en una acción judicial. Aunque se crítica la extemporaneidad en su presentación -cuando el D.U. en mención ya ha sido ejecutado-, lo cierto es que va a señalar un precedente de observancia obligatoria en lo que dictamine el Tribunal Constitucional en el caso y también ha abierto un debate jurídico, constitucional y político que generalmente estaba reducido a pocos expertos del mundo académico.

 

El argumento central de la demanda es que los decretos de urgencia son normas con rango de ley para medidas excepcionales, de urgencia inmediata y temporal, por casos imprevistos que requieren de atención rápida y eficaz por parte del gobierno, como puede suceder, por ejemplo, en caso de un terremoto. No se puede esperar a que el Congreso que, por su naturaleza colegiada, apruebe de inmediato una norma de apoyo financiero a favor de las víctimas.

 

Al ser los D.U. medidas extraordinarias y temporales para situaciones de emergencia también extraordinarias y temporales, la finalidad del D.U. 013-2024 ha sido solucionar un problema estructural de larga data. No se trata de una emergencia inesperada y sorpresiva como sucedería en el caso de un sismo o como fue en la pandemia del Covid 19, por lo que la vía idónea no son los decretos de urgencia sino una norma aprobada por el Congreso, que permita a su vez el debate público necesario sobre el futuro de la petrolera estatal, involucrando a elementos de la sociedad civil que puedan dar su punto de vista (Colegios profesionales, expertos en el tema, asociaciones civiles).

 

El D.U. 013-2024, al igual que otros decretos anteriores, lo que hace es subsidiar encubiertamente a la empresa estatal, restándole eficacia e igualdad de condiciones en la competencia con otras empresas similares en el mercado y que, si fuera una entidad privada, ante el volumen de insolvencia que arrastra, habría pasado hace buen tiempo por un proceso concursal y una inminente liquidación por la falta de recursos para el pago de sus obligaciones. (Según estados financieros auditados a los que hace mención la demanda, técnicamente la empresa hace buen tiempo se encuentra en quiebra).

 

Aparte que asumir el estado peruano deudas comerciales de una empresa estatal produce un aumento del déficit fiscal, reconoce el pago de obligaciones que no se encontraban aprobadas en el presupuesto público y afectaría la calificación crediticia del propio estado, debiéndose endeudar a tasas de interés más altas, subiendo mucho más el déficit fiscal, en una suerte de espiral perversa.

 

Como señala la demanda se pasó por encima de la autoridad y competencias del Congreso y el D.U. asumió obligaciones no aprobadas previamente en el presupuesto, justificándolas como medidas de suma urgencia.

 

Y, el argumento tantas veces socorrido que el estado la subsidia para no dejar desabastecido el mercado de combustibles es falso, ya que PP cubre apenas el 25% de participación en el mercado y en las regiones donde tiene más presencia que los competidores, hay maneras menos onerosas de suplir el vacío como asociaciones público-privadas, concesiones, libre importación de combustibles, etc., formas mucho más baratas y eficaces que los ingentes subsidios que el estado realiza a favor de la petrolera estatal.

 

La demanda no deja de tener razón. Efectivamente, los decretos de urgencia muchas veces han sido utilizados para fines ajenos a su naturaleza. Se han convertido en una suerte de “cajón de sastre” por sucesivos gobiernos, asumiendo el ejecutivo funciones legislativas y gasto público sin autorización, dejando solo como mesa de partes al congreso, una vez promulgado el D.U.

 

Este mismo procedimiento ha sido utilizado por el gobierno para hacer un salvataje de Petroperú, el problema más que jurídico es financiero, debido a que va a comprometer enormes ingresos del estado para salvar a la petrolera estatal, la que, según los expertos, se ha convertido en un barril sin fondo que necesita cada vez más ingresos para pagar sus obligaciones. Conforme a la física cuántica, Petroperú se ha convertido en un agujero negro.

 

DECISIONES Y RESPONSABILIDADES

 

El asunto va más allá. Es decidir si Petroperú seguirá en el mercado como empresa estatal, se privatiza, entra a una asociación público-privada o se liquida, para lo cual se requiere un gran debate y que el Congreso asuma responsabilidades y tome una decisión, aspecto que hasta ahora ha soslayado. Ambos, tanto ex ante el Consejo de Ministros que aprobó el decreto de urgencia, como ex post el Congreso que no cumplió con su función fiscalizadora tienen responsabilidad política; no descartándose incluso responsabilidad penal de aquellos ministros que firmen el decreto por el cual el estado asumiría la deuda comercial de Petroperú como deuda soberana. El asunto es tan peliagudo como lo fue en su momento la célebre página 11 durante el primer gobierno de Fernando Belaunde y podría traer serias repercusiones políticas.

 

De allí también la importancia del contenido de la sentencia del Tribunal Constitucional que emita en su momento, al tener este un control político-jurídico de las decisiones del gobierno.

 

Sea la decisión que se tome, el caso Petroperú es un caso emblemático de cómo terminan las empresas estatales mal administradas y peor gerenciadas. Ojalá sirva de lección para aquellos que todavía sueñan con el regreso de las empresas del estado, más como botín político que de una eficiente administración.

domingo, marzo 16, 2025

LOS ARANCELES, EL DÓLAR, LOS DÉFICITS GEMELOS Y EL APRENDIZ DE BRUJO

 Eduardo Jiménez J.

jimenezjeduardod@gmail.com

@ejj2107


Para el siguiente comentario sobre la política arancelaria en el segundo gobierno de Trump he tomado como referencia principalmente el artículo de Leopoldo Papi, Trump y los riesgos de perder  el “privilegio exorbitante” del dólar, publicado en la revista Letras Libres (https://letraslibres.com/politica/trump-y-los-riesgos-de-perder-el-privilegio-exorbitante-del-dolar/28/02/2025/). Las opiniones personales sí son enteramente del suscrito.

 

EL PADRE INTELECTUAL DE LA CRIATURA

 

El padre intelectual de la política arancelaria de Trump es el economista Stephen Miran, actualmente presidente del Consejo de Asesores Económicos en la administración republicana, quien en un artículo proponía “recurrir a aranceles aduaneros unilaterales y posibles acuerdos multilaterales destinados a reducir la infravaloración de las monedas de las contrapartes”.

 

En el intercambio comercial entre EEUU y las demás naciones, el dólar norteamericano es una moneda apreciada, por lo que resta competitividad a las exportaciones norteamericanas, mientras los demás países tienden a depreciar su moneda y hacer más competitivas sus exportaciones. Es por eso que Miran plantea una subida de aranceles unilaterales que permita una “equidad” entre el dólar y las demás monedas, aunque reconoce los límites de una política así, dado que el dólar es una moneda de refugio a nivel internacional.

 

EL DÓLAR COMO MONEDA DE REFUGIO

 

Efectivamente, el dólar norteamericano es una moneda de refugio, no solo para las transacciones económicas sino como moneda de reserva de los estados y de los particulares. De allí que mayormente la moneda en que un estado guarda sus reservas internacionales es el dólar (aprox. 60% de las reservas internacionales se encuentran en dólares), moneda que tiene una aceptación y confianza internacional. ¿A qué se debe?

 

LOS BONOS DEL TESORO Y LOS DÉFICITS GEMELOS

 

Desde hace buen tiempo EEUU se encuentra en déficit en cuenta corriente (importa más de lo que exporta), siendo su balanza comercial negativa con casi todos los países con los que comercia. Igualmente hace más de 50 años arrastra un déficit fiscal (el estado gasta más que los ingresos percibidos), que en gran parte es financiado con los bonos del tesoro, cuyos tenedores se encuentran alrededor del mundo, y tienen confianza que los EEUU van a honrar la deuda (se le pagará al acreedor en la fecha de vencimiento más un interés). Es la inversión más segura, sobre todo en tiempos turbulentos. A ese doble déficit (comercial y fiscal) se le conoce como déficits gemelos.

 

A cualquier estado tener déficits gemelos lo llevaría a bancarrota, su moneda se devaluaría rápidamente, sería inelegible para nuevos créditos, se le exigiría reformas profundas en su estructura económica; pero en el caso de los EEUU existe una seguridad y una tranquilidad en el pago de los bonos del tesoro, debido a que están frente a la primera nación del mundo, cuyo estado de derecho garantiza el pago oportuno (no ocurriría lo mismo con países autocráticos como Rusia o China, cuyas reglas de juego pueden cambiar en forma arbitraria). Recordemos que el dólar como moneda es igual a cualquier otra. No tiene respaldo en oro desde hace más de 50 años, el propio gobierno norteamericano, a su libre facultad, emite el papel moneda (lo que nosotros llamamos “la maquinita”), pero existe garantía y confianza que se honrará la obligación.

 

A lo que se añade otro aspecto importante: la seguridad frente a agresiones externas que sufre Occidente, contando con el principal ejército del mundo, altamente sofisticado. Si bien el autor señala que los gastos en defensa de los EEUU han disminuido en los últimos años, siguen siendo los más importantes frente a agresiones extra occidentales (léase Rusia, China, los países musulmanes, etc.). Digamos que EEUU es el defensor y guardián de Occidente, a cambio de lo cual se le tolera déficits y hasta se le financia los gastos del estado.

 

LA POLÍTICA ARANCELARIA

 

Generalmente la política de subir aranceles obedece a financiamiento del estado (es una fuente de ingresos), a proteger su industria nacional o a temas políticos. Este último aspecto es el más resaltante.

 

Siguiendo el consejo de Stephen Miran, el gobierno de Trump busca renegociar los acuerdos con sus socios comerciales. De allí que se muestre tan confrontacional con Canadá o México, sus principales socios en la región, o la propia Unión Europea. Su estrategia se ha repetido en todos los casos: Amenaza con subir los aranceles, luego los suspende y busca una negociación favorable. La parte más débil accede teniendo una pistola que le apunta.

 

Otro rasgo es la política doméstica. Con los aranceles elevados busca “repatriar” las fábricas que se fueron a China y otros países, reiterando que aquellas industrias que regresen obviamente no pagarán aranceles. En el fondo lo que busca es dar trabajo a los miles de desempleados norteamericanos, desempleo ocasionado por la migración de las empresas fuera de EEUU, siendo la subida arancelaria una medida proteccionista. Tengamos presente que los blancos pobres son el principal bastión electoral de Trump.

 

Otro tema de política doméstica son las elecciones intermedias donde se renueva parcialmente el Congreso de la nación. Todo indica que la administración Trump busca algunos resultados inmediatos que le permitan exhibir logros (que serán magnificados) y que le aseguren una mayoría cómoda en ambas cámaras legislativas para lo que resta de su mandato, ejecutando en los primeros meses de su gobierno algunas medidas amargas como una desaceleración económica, inflación alta o hasta una eventual recesión controlada, ahora que cuenta con una alta popularidad, que ejecutarlas en las vísperas de las elecciones de midterm donde los vaivenes electorales e incertidumbre política son mayores.

 

¿QUÉ PUEDE PASAR?

 

1.- En cuanto al dólar norteamericano, seguirá siendo la principal moneda de refugio internacional, sustituirla por otra es complicado en el corto plazo. Implica problemas técnicos y dificultad en establecer consensos políticos inmediatos. Siguiendo las tendencias históricas, es probable que en un futuro -cercano o lejano- EEUU deje de tener el protagonismo actual, eclipsándose como gran potencia. En ese momento el dólar dejará de ser la moneda internacional que es ahora, algo similar a lo que sucedió con la libra esterlina e Inglaterra en la primera mitad del siglo XX.

 

2.- Por extensión, los tenedores de dólares y de bonos del tesoro igualmente evaluarán que el gobierno de Trump dura solo 4 años, pudiendo ser sustituido en la siguiente elección por otro diametralmente opuesto, con otras reglas de juego, por lo que el dólar -por el momento- seguirá siendo la principal moneda internacional y los bonos del tesoro una de las fuentes importantes de financiamiento del déficit fiscal.

 

3.- Ello hará que los inversionistas sopesen la “repatriación” de las empresas que se fueron. El costo de trasladar una empresa y el tiempo de terminación de las nuevas plantas industriales en suelo norteamericano van a hacer pensar a más de uno si valdrá o no la pena.

 

Aparte que algunos entendidos en el tema sostienen que la, por ejemplo, industria de automóviles, hoy fuera de EEUU, de repatriarse no cubriría los puestos de trabajo con que contaba antaño, por la automatización de muchas funciones que hoy las hacen los robots, siendo imposible cubrir todos los puestos perdidos.

 

4.- Una “guerra de aranceles” en un mundo comercialmente tan interconectado, donde no existe un hegemón indiscutible como antaño, es un juego suicida con consecuencias impredecibles, incluso para el que prende la hoguera. Decisiones erráticas, marchas y contramarchas, conllevan perturbación a todos los mercados y un posible realineamiento de los países de Occidente que cuestionarán a los EEUU como el garante de la paz mundial, como hasta ahora era visto. En contrapartida, los rivales de EEUU, Rusia y China, miran desde la platea las ganancias políticas y comerciales que van a cosechar.

 

5.- Muchos economistas dudan también que se vaya a conseguir grandes ingresos con la subida de aranceles, debido a que se importará menos y el precio al consumidor norteamericano del producto final subirá, disminuyendo el volumen de lo comprado. En otras palabras, el peso de la subida de los aranceles lo van a tener las propias familias norteamericanas.

 

Por tanto, es inviable sustituir los impuestos internos que se cobran (sobre todo el impuesto a la renta) por el cobro de aranceles a productos extranjeros, que no llegaría a cubrir la enorme brecha de gasto del estado norteamericano. Aparte que una reducción drástica del impuesto a la renta, como la que propone Trump, solo beneficiaría a las grandes fortunas, en detrimento de los ciudadanos de menores ingresos que se verían perjudicados por el recorte en los programas sociales.

 

6.- Como el propio Miran reconocía en su artículo, los aranceles como herramienta política de negociación tiene sus límites. No se puede amenazar eternamente a un estado con subidas arancelarias de sus bienes, debido a que buscará otros mercados donde colocarlos (aunque demore un tiempo de ajuste), y aquellos que tengan cierto poder en el escenario mundial “contestarán” con medida similares a productos de origen norteamericano (China, Canadá, la propia UE). Tengamos presente que del casi 50% del PBI mundial que producía EEUU luego de la II Guerra Mundial ha pasado al 26% en la actualidad. No sería extraño que las naciones afectadas busquen nuevos socios comerciales.

 

7.- ¿Quién gana? Frente a “la política del garrote” esgrimida por Trump, China entra a tallar, con una cuota del PBI mundial cada vez más importante que, se calcula, igualará al norteamericano en pocos años. Paradójicamente China, país totalitario, usando el soft power, puede convertirse en el adalid del libre comercio mundial y atraer a su área de influencia a otros estados, descontentos con la política proteccionista y aislacionista de Donald Trump.

 

Tampoco sería extraño que, terminados los cuatro años de la administración Trump, EEUU salga más debilitado frente a un escenario mundial cambiante.